El supuesto intento de desestabilización de la monarquía pone la lupa sobre la crisis del reino, evidenciando la ausencia de ideas y de voluntad de resolver cuestiones estructurales.

El 3 de abril, un terremoto político sacudía Jordania. Fue la prensa internacional la que primero informó de los hechos: el régimen jordano había arrestado al príncipe Hamza, hermano del rey Abdalá II, y a otras personas, acusados de intentar desestabilizar el país. Durante los días siguientes, los acontecimientos se desarrollaron con bastante rapidez y escasa claridad. Meses después, las preguntas abiertas siguen siendo más que las respuestas para explicar lo acontecido. En este artículo intentaremos ir más allá de la mera conjura de palacio y arrojar cierta luz sobre las dinámicas políticas, económicas y sociales que componen el trasfondo sobre el que se han desarrollado estos acontecimientos. 

 

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Foto: IEMed